La Peugeot P 107 de Luis
© Enrique Svenson
Cuando surgió la idea de organizar salidas en motos de los años 20/30, pronto nos dimos cuenta de que no disponíamos de máquinas adecuadas para esta aventura. Cierto, están las preciosas joyas de Luis que funcionan como nuevas, pero son precisamente esto: joyas de museo, restauraciones estado concurso, pensadas para ser expuestas, no para ser utilizadas.
La compra de la Peugeot P 107 y de la Terrot HST (Enrique)
Empezamos a ojear los anuncios en busca de unas máquinas de gran difusión, "populares" en el mejor sentido de la palabra, robustas y duraderas. Pronto dimos con el anuncio de un vendedor en Barcelona que ofrecía dos motos perfectas para nuestros fines: una Peugeot P 107 y una Terrot HST. Nos pusimos en contacto con él y en base de las fotos que nos envió, decidimos desplazarnos a Barcelona.
Enganchamos el remolque y un fin de semana muy caluroso de agosto de 2012 nos pusimos en camino. Para evitar el tráfico de la plena época turística en la costa, subimos en dirección a Madrid y de ahí seguimos por la autovía desierta que pasa por Zaragoza-Lérida. Este trayecto es aproximadamente cien kilometros más largo que la ruta de la costa, pero nos ahorramos un dineral en peaje y además evitamos los atascos. Tras 10 horas de viaje llegamos a una estación de servicio ya muy cerca de nuestro destino, donde pasamos la noche durmiendo en el amplio monovólumen. El día siguiente nos presentamos como acordado a las 8 horas catalanas, es decir, 8.00, en casa del vendedor, que ya estaba arrancando los motores de los dos objetos de nuestro deseo. Rápidamente concluimos el trato, y con la ayuda del simpático vendedor cargamos las motos sobre el remolque.
Una hora más tarde nos encontramos en la misma ruta en dirección contraria. Ya de noche, tras un viaje sin incidencias, llegamos a Granada y descargamos la Peugeot delante de los ojos incrédulos de Carmen, la mujer de Luis. Ella ya estuvo preparada para lo peor -la chatarra que Luis suele traer en ocasiones similares- pero en lugar de lo habitual, se encontró con dos motos fácilmente reconocibles como tales, incluso de noche.
Una vez con las motos en casa, nos planteamos llevar a cabo juntos la restauración de ambas máquinas de la forma más coordenada posible. Como el taller de Luis está equipado especialmente para la restauración de motores, cajas de cambios, etc., mientras que el mío se adapta más a reparaciones en general y dispone de un lugar ventilado para pintar, decidimos empezar cada uno por el lado opuesto: Luis comenzó rehaciendo el motor de la Peugeot y yo me dedicaba a la restauración de la parte ciclo de la Terrot. Terminados estos trabajos, la parte ciclo de la Peugeot pasaría a mi taller y mi motor llegaría al de Luis. Este planteamiento me permitiría además, visitar a Luis por la tarde y asistir a la reparación de la mecánica.
Cualquier restauración debe comenzar por la búsqueda de la documentación específica para el modelo en cuestión, catálogos, manuales de despiece y de reparación, fichas técnicas, etc.
En el caso de la Terrot, esta tarea se facilita enormemente gracias al empeño de los clubes franceses de la marca y a la labor de autores como Jean-Yves Fenautrigues, cuya "biblia" Terrot es un compendio exhaustivo con una amplia bibliografía. Sorprendentemente difícil en vista de su gran difusión, resulta ser la investigación en el caso de la Peugeot, complicada además por la evolución constante de la P 107 durante su fabricacíon. Solo hay pequeñas notas, menciones de paso en obras más generales como el manual de restauración también de la pluma de Fenautrigues (en la foto), en revistas o documentos de la época publicados en la web o copias de notas técnicas conseguidas gracias a la ayuda de un aficionado francés. Toda la documentación, naturalmente, está escrita en la lengua de Molière.
La restauración de la Peugeot P 107 (Luis)
La moto en lineas generales, está en bastante buen estado, se ve claramente que ha rodado mucho (en aquella época el que conseguía comprar un vehículo a motor, lo utilizaba no solo para pasear), pero teniendo en cuenta que tiene más de 82 años, está bien.
Antes de desmontar ni tocar nada, comienzo haciendo fotos de ciertos detalles, comprobando y comparando con la información que he podido conseguir del modelo. Posteriormente a esto, comienzo siempre por el motor, pues para mi es lo más importante de resolver primero, ya que sin su correcto funcionamiento, de nada sirve el resto.
El motor
Para aligerar su peso comienzo un desmontaje parcial con el motor todavia en el chasis.
A medida que avanza el desmontaje se confirma que el motor está interiormente destrozado, con holguras por todas partes. Observo que hay que realizar y ajustar todos los casquillos de bronce de los engranajes de la distribución y encasquillar el alojamiento en el carter del rodamiento del eje primario, donde apoya el embrague.
También hace falta reparar por completo el cilindro y para ello encamisar, rectificar asientos de valvulas, construir valvulas nuevas, encasquillar el pie de biela, realizar varios casquillos del cambio, reparar por completo todo el sistema de puesta en marcha, incluyendo el muelle de recuperación que está roto. Además resultó necesario el rectificado y encasquillado de la bomba de aceite, la reparación del embrague, incluyendo el casquillo de la tapa sobre el que este se acciona. Todo ello después de la limpieza del motor con arena, desatranque de conductos, pintura de cilindro y culata y cromado o pavonado de la tornillería, según corresponde conforme a lo original.
En fin, muchas horas de trabajo, incluyendo toda la tornillería nueva igual a la original de la cual solo conservaba alguno suelto, creo que ha quedado como nuevo, cuando lo arranque lo sabré.
La parte ciclo
En el resto de la moto hay que seguir las mismas pautas. La suspensión de paralelogramo delantera tenía los ejes y casquillos totalmente desgastados, la tornillería en general de la moto entera estaba destrozada.
Resulta necesario un arreglo de los reposapiés, del cubrecadenas y del portamatrículas trasero. Hubo que comprar el piloto nuevo y hacer las varillas de cambio de marchas. Se ha calzado y arreglado el freno delantero y trasero; el soporte del faro estaba soldado a la suspensión y roto, y la bocina y el soporte de la misma no existían.
Hubo que adaptar un tubo de escape y su correspondiente silenciador nuevo que por suerte son de las pocas cosas que refabrican y se pueden comprar en Francia, asi como reparar el caballete delantero, etc... pues todo estaba por el estilo del motor, teniendo en cuenta que tiene 83 años, dentro de lo que cabe no está del todo mal, aunque si lo que se pretende es andar con ella, todo tiene que ser revisado. Por fin solo falta conseguir las carteras de herramientas que lleva en el portaequipajes, aunque ya están localizadas; y realizar el soporte de la batería, cuando se encuentre una de la medida que corresponde.
Espero poder disfrutar de ella en la carretera, junto a la preciosa Terrot que Enrique está restaurando y la Austral de Dominique, que ya funciona.