Halbstarke 1: Los Rockers de la Alemania del Oeste
© Enrique Svenson
En 1945, la guerra total proclamada por los nazis había dejado Alemania en ruinas. Las ciudades y las infraestructuras estaban destruidas por los intensos bombardeos de los aliados. La falta de hombres – muchos de los que habían sobrevivido a los combates estaban todavía prisioneros de guerra en campos soviéticos – dejó la retirada de los escombros y la reorganización del pais sobre todo en manos de las mujeres.
La falta, sobre todo de alimentos y de combustible, ocasionó un mercado negro floreciente. La situación mejoraba bastante al comienzo de los años 50 en la Alemania del Oeste (República Federal de Alemania BRD). Gracias también a la ayuda financiera de Estados Unidos (Plan Marshall 1948) el pais se recuperó rápidamente, entrando a mediados de la década en un verdadero boom económico ("Wirtschaftswunder", milagro económico).
"Feliz año nuevo". El Gordo Fritz a los ojos de la revista satírica Simplicissimus, enero 1958
Después de los años del hambre vino la "Fresswelle" o "la gran comilona". Además, llegaron nuevos productos milagrosos desde Estados Unidos, desarollados cuando en Alemania se apagaron las luces, algo que la poblacíon asombrada nunca había visto: biquinis, vaqueros, ropa de fibra sintética, medias de nylon, máquinas de discos (juke-boxes), radios portátiles, Néscafe y chicles.
La nueva vida satisfecha y burguesa de los alemanes se vió sin embargo perturbada, cuando junto con estos beneficios llegaron también del otro lado del Atlántico influencias culturales bastante menos deseadas. A partir de 1955 se estrenaron en las salas de cine películas como The Wild One (Salvaje) con Marlon Brando, Blackboard Jungle (Semilla de maldad) con la canción Rock around the clock de Bill Haley, que se convirtió en la "marsellesa de los adolescentes rebeldes" (Lilian Roxon), o Rebel without a cause (Rebelde sin causa) protagonizado por James Dean.
Brando y Dean se convirtieron en los ídolos de toda una generación. Miles de adolescentes imitaron delante del espejo la mirada imperturbable de Brando con los párpados semicerrados, nunca perdiendo la calma, o la casual postura corporal y la costumbre de hablar con la colilla entre los labios y con la mano en el bolsillo. Como sus ídolos, los jóvenes intentaban evitar movimientos rápidos y bruscos para moverse con un sosiego casi provocador. A esta actitud ostensiblemente relajada se añadió el estilo Greaser, con vaqueros, camisa a cuadros grandes y, de preferencia, chaqueta negra así como el copete fijado por brillantina, que pronto recibió el sobrenombre de "Entenschwanzfrisur" (peinado "duck arse" o culo de pato). Peor aún, su musica preferida, el rock n' roll, resonaba como las posaunas del apocalipsis en una sociedad educada por los nazis y acostumbrada a descalificar la música americana en general como "Niggermusik" (musica de negros).
En 1958, Elvis Presley llegó a Alemania para prestar el servicio militar
Por la desgracia de la "gente de bien", esta musica "vulgar" ya no se podía prohibir como pasó con el jazz durante el Tercer Reich. La presencia de tropas americanas en el territorio alemán con su propia estación de radio y sus clubes de jazz y rock n' roll la hacían omnipresente.
Baile de Rock n' roll en la discoteca "Badewanne" en Berlin 1955
El público, completamente incapaz de comprender la cultura contemporánea americana, reaccionó horrorizado. Para la gente ya algo mayor, el comportamiento de los jóvenes no correspondía en absoluto a su idea inquebrantada de todo lo que significaba para ellos ser "aleman", "correcto", "limpio", "decente". La opinión publica condenó rotundamente las películas para adolescentes que glorificaban gamberros en chaquetas de cuero negro desafiando las autoridades, la "musica de las selvas" ("Buschmusik"), los cómics, nuevos estilos de prenda, cambios en las funciones del hombre y de la mujer, etc. En fin, se rechazaron todos los aspectos de esa nueva rebeldía juvenil que sacudía la "Leitkultur" (cultura dominante). No por casualidad se refería a estos adolescentes como "Halbstarke" (literalmente: semifuertes, es decir todavía no adultos). Creada alrededor del año 1900, esta descalificación designaba originalmente en el Imperio Alemán a un joven de clase obrera que se dedicaba a la pequeña delincuencia y, más explícito, a un "enemigo jurado del orden establecido que detesta la regularidad así como todo lo bello y, sobre todo, el trabajo, especialmente el cumplimiento ordenado y regular del deber". En los años 50, el término designaba, por un lado a adolescentes que no correspondían a la imagen públicamente deseada de la sociedad alemana de la posguerra y que destacaron por su comportamiento no conforme a las normas, molestando a transeúntes, perjudicando el orden público o librándose batallas con la policía. Por otro lado, se calificaba como "Halbstarker" a un joven que desarolló, inspirado por ciertas películas americanas, formas propias en lo que se refiere a su atuendo, su gusto musical o sus actividades de ocio. Pero ha sido sobre todo el primer grupo el que fue considerado cada vez más por la sociedad como una amenaza.
En 1956 se estrenó la película "Die Halbstarken", un drama alrededor del jefe de una banda de Halbstarken, que convirtió al protagonista, el joven actor Horst Buchholz (foto abajo), en el Marlon Brando o James Dean alemán.
Los chicos alemanes se reconocieron a si mismos en esta pelicula y hacían de ella una pelicula de culto que fue también proyectada en Estados Unidos ("The Teenage Wolfpack") y que inspiró toda una serie de películas alemanes protagonizadas por jovenes rebeldes. Con frecuencia, el público destrozaba la sala del cine después de la proyeccíón del film.
En general, la violencia iba en aumento a partir del 1955. En total fueron registrados 96 grandes disturbios con más de 50 participantes cada uno, entre 1955 y 1958, que se concentraron en la provincia de Renania del Norte-Westfalia y en Berlin. Sintomático era un incidente en Berlin-Wedding en 1956 cuyo desencadenante fueron las quejas repetidas de los vecinos de "unas bandas de gamberros, comprometiendo la seguridad vial con sus motos". Dado que la intervención de la policia fue anunciada por la prensa, los agentes, en lugar de enfrentarse a unos pocos motoristas, se veían frente a una multitud de 3000 curiosos. La situación se agravó y la policía despejó la calle mediante el uso de chorros de agua y de porras de goma. Lo interesante es – como en este caso – la influencia creciente de los medios sobre este tipo de incidentes, cuya información fue responsable del aumento de curiosos que iban a formar parte del problema. En general, los reportajes de los periódicos sobre los disturbios facilitaban a los Halbstarken el guión perfecto para futuros "eventos". Aprendieron rápidamente lo que el público esperaba de ellos.
Palacio de Deportes, 26. 10. 1956
Triste fama ganó el concierto que Bill Haley and his Comets dieron en 1958 en el Palacio de Deportes en Berlin. El periódico Berliner Zeitung relató el evento de la manera siguiente: "Personas ensangrentadas tambalearon por los pasillos. Una multitud excitada, armada con palos, tablas y patas de silla, devastó el Palacio de Deportes. Los tumultos empezaron ya una hora antes del comienzo del evento. Alrededor de 1000 adolescentes asaltaron las entradas, rompieron todos los cristales y penetraron en la sala sin entrada. …. A la llegada de Bill Haley, las masas seguían alborotando. Cuando Haley, después de 40 minutos, terminó su concierto, se armó un jaleo tremendo. Miles de personas con palos en la mano asaltaron el escenario, se llevaron por delante a los vigilantes de seguridad e intentaron penetrar en los vestuarios. Haley y sus músicos fueron protegidos mediante chorros de agua procedentes de dos mangueras de incendio. Por fin, la policía desalojó el Palacio de Deportes con porras de goma. Atrás quedó un enorme campo de ruinas, con miles de sillas destrozadas, el sistema de megafonía arruinada y un gran piano de cola troceado. Bill Haley, pálido como el papel, abandonó su vestiario bajo protección policial y decía a este periódico: lo que ha pasado aquí es una vergüenza. Jamás he experimentado algo así" (BZ, 26. 10. 1958).
Hacia un video del evento: https://www.youtube.com/watch?v=gsp5bLCPMNU
Con la mirada puesta en los daños de unos 50.000 marcos no cubiertos por ningún seguro, cinco policias hospitalizados y seis espectadores gravemente lesionados, el organizador del evento declaró después: "Para mi, el rock n' roll está muerto". Como consecuencia, se cancelaron las actuaciónes previstas de Elvis Presley.
Los reportajes periodísticos y los informes policiales acerca de estos disturbios llevaron a la opinión publica a percibir los gamberros juveniles como un riesgo potencial para la sociedad. La exigencia ciudadana de "medidas severas" encuadró perfectamente en el contexto de la restauracíon en la Alemania occidental, donde los nuevos élites eran en gran parte los de antes. El entonces ministro del Interior de Bavaria, el (muy) conservador August Geislhöringer (más tarde condenado por juramento falso en relación con un escándalo de corrupción), ordenó a sus organismos de seguridad de actuar "con brutalidad" y sin "humanitarismo mal entendido" contra jóvenes. Advirtió que no sería "forzosamente necesarío a disparar", pero recomendó explícitamente el uso de la porra de goma.
Lo que más enfureció a los mayores era la impresión de que la rebeldía de los jovenes aparentemente no tenía causa (Johnny, ¿contra qué es lo que te rebelas en realidad?, ¿qué puedes ofrecer? The Wild One). No podían o no querían ver las causas más profundas. El blanco de las provocaciones juveniles eran los autoridades, sobre todo policías y soldados, pero tambíen cobradores de tranvía, funcionarios de correos (que vestían uniforme en la época), bañeros, etc. Se trataba de ridiculizar los emblemas nacionales y sus portadores, quitando por ejemplo la gorra de servicio, rompiendo uniformes, liberando a detenidos o zarandeando los coches de la policía. Los Halbstarken despreciaban uniformes y todo lo militar. A pesar de dos guerras mundiales (perdidas), el soldado seguía siendo el modelo de la sociedad alemana y la encarnación de masculinidad. Los veteranos no pararon de hablar de sus proezas en la guerra, ensalzadas además en innumerables películas bélicas, cuyo tema era simplemente un "heroismo" contra un enemigo sin cara.
"Perros, queréis vivir eternamente" (1959) es una de las mejores películas de este género por su carácter documental que evita la falta de honradez de las habituales producciones comerciales de la época.
Los Halbstarken estaban hartos de someterse a "autoridades" injustificadas que, en su opinión, habían perdido toda autoridad en vista del nacionalsocialismo. No eran antiautoritarios, pero la autoridad no era un regalo a causa de un puesto o de la edad. Quien reclamaba autoridad, tenía que ganársela.
Siendo en su mayoría aprendices procedentes de la clase media-baja, muchos Halbstarke no tenían dinero suficiente para comprarse una moto. Más habitual eran "Mopeds" (ciclomotores con pedales) o "Mokicks" (ciclomotores sin pedales), que se convirtieron en la salvación de los fabricantes después del colapso del mercado de motos en 1957. Las marcas que dominaron el mercado de los ciclomotores eran Zündapp, Hercules, Kreidler y Maico. Como era de esperar, los chicos solían aumentar la potencia y la velocidad, limitada de fabrica a 40 km/h, así como el ruido de los motores según todas las reglas del arte.
Halbstarke en Berlin Kreuzberg 1956
Algunos tenían scooters (el fenómeno de los Mods ingleses era todavía desconocido), que estaban muy de moda en Alemania durante los años 50/60.
Halbstarke en scooters de la marca Heinkel, modelo Tourist tipo A 103 A1 (175 cm³, 1957 – 1960).
Los más jóvenes iban en bicicleta, ya que para sacarse un carnet de ciclomotor hacía falta haber cumplido 16 años, para un carnet de moto, 18. Pocos, como el chico de la foto abajo, podían permitirse el lujo de tener una BMW R 25/2.
Como en muchos otros paises, los Halbstarken colgaron sus chaquetas negras en el armario a principios de los años 60 y la música ye-ye tomó el relieve del rock n' roll. Algunos, sin embargo, seguían siendo fieles a las motos como estos señores bien alimentados que posan con sus Harley FLH Duo Glide delante del concesionario HD de Hamburgo en los años 60:
Con la llegada de las potentes y relativamente fiables motos japonesas a finales de los años 60, la pasión por los vehículos de dos ruedas y un estilo de vida alrededor de ellos se despertó de nuevo. Era una nueva generación de rockers que se inspiraron en el estilo contemporaneo de los bikers americanos y en la musica rock de los años 70. De hecho, el primer motorcycle club alemán, el Bones M.C., fue fundado por soldados americanos estacionados en Alemania. Las motos utilizadas eran la mayoría de las veces de marcas japonesas o BMW bicilindricas.
Rockers en Berlin, años 70